El hecho ocurrió cuando una mujer de 46 años recibió mensajes a través de WhatsApp de quien creía era su amiga Hilda, solicitándole ayuda económica para saldar una deuda. En un primer momento, la supuesta amiga le pidió $80.400, luego $100.000 y, posteriormente, $180.000 más, bajo el argumento de que eran necesarios para saldar diferentes compromisos financieros.
Confiando en el vínculo, la mujer procedió a realizar las transferencias a una cuenta a un alias que le enviaron. Más tarde, logró comunicarse de otra forma con su verdadera amiga, quien le confirmó que su cuenta de WhatsApp había sido hackeada, y que nunca había solicitado dinero.